El saber qué o
conocimiento declarativo ha sido una de las áreas de contenido más
privilegiadas dentro de los currículos escolares de todos los niveles
educativos. Sin lugar a dudas, este tipo de saber es imprescindible en todas
las asignaturas o cuerpos de conocimiento disciplinar, porque constituye el
entramado fundamental sobre el que éstas se estructuran. Declarativo, porque es
un saber que se dice, que se declara o que se conforma por medio del lenguaje.
El conocimiento
factual es el que se refiere a datos y hechos que proporcionan información
verbal y que los alumnos deben aprender en forma literal o “al pie de la
letra”. Algunos ejemplos de este tipo de conocimiento son los siguientes: el
nombre de las capitales de los distintos países de Sudamérica, la fórmula
química del ácido sulfúrico, los nombres de las distintas etapas históricas de
nuestro país, los títulos de las novelas representativas mexicanas del siglo
actual, etcétera.
El aprendizaje de
contenidos procedimentales
El saber hacer o
saber procedimental es aquel conocimiento que se refiere a la ejecución de procedimientos,
estrategias, técnicas, habilidades, destrezas, métodos, etcétera. Podríamos
decir que a diferencia del saber qué, que es de tipo declarativo y teórico, el
saber procedimental es de tipo práctico, porque está basado en la realización
de varias acciones u operaciones.
El aprendizaje de contenidos actitudinal-valorales
Uno de los contenidos
anteriormente poco atendidos en todos los niveles educativos era el de las
actitudes y los valores (el denominado "saber ser") que, no obstante,
siempre ha estado presente en el aula, aunque sea de manera implícita u
"oculta".
En términos
generales, la mayor parte de los proyectos educativos interesados en enseñar
valores en la escuela toman postura a favor de aquellos que se orientan al bien
común, al desarrollo armónico y pleno de la persona, y a la convivencia
solidaria en sociedades caracterizadas por la democracia. La base de los
programas educativos se sustenta en la promoción de los derechos humanos
universales (libertad, justicia, equidad, respeto a la vida, etcétera), así
como en la erradicación de los llamados
antivalores (discriminación, autoritarismo, segregación, maltrato, explotación,
etcétera).
De acuerdo con Bednar
y Levie (1993), hay tres aproximaciones que han demostrado ser eficaces para
lograr el cambio actitudinal, a saber:
a) proporcionar un mensaje persuasivo,
b) el modelaje de la actitud
y
c) la inducción de
disonancia o conflicto entre los componentes cognitivo afectivo y conductual.
Dichos autores recomiendan que se planteen situaciones donde éstas se utilicen en forma conjunta.
Dichos autores recomiendan que se planteen situaciones donde éstas se utilicen en forma conjunta.
El aprendizaje
significativo ocurre sólo si se satisfacen una serie de condiciones:
a) Que el alumno sea
capaz de relacionar de manera no arbitraria y sustancial la nueva información
con los conocimientos y experiencias previas y familiares que posee en su
estructura cognitiva; y
b) que los materiales o
contenidos de aprendizaje posean significado potencial o lógico.
Se revisaron tres
tipos de aprendizaje de contenidos curriculares: declarativo, procedimental y actitudinal-valoral,
y quedó establecido que cada uno de ellos entraña procesos de construcción diferenciados,
por lo que el docente debe dar un tratamiento de enseñanza también diferencial
en cada caso.
fuente: files.procesos.webnode.com/200001306-7afaa7be24/Constructivismo
Página Web: http://maandreamtz.vzpla.net/
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